Honduras se encuentra entre los 23 países prioritarios para la Cooperación Española.

El país se sitúa en la cola de la región en cuanto a niveles de la pobreza. Este impacto es mayor en las zonas rurales que en las urbanas.

En 2013 el coeficiente de Gini fue de 57,0, el segundo más elevado de la región de América Latina y el Caribe, solo por detrás de Haití.

En 2012 era el país con una mayor tasa de homicidios en el mundo -79 por cada cien mil habitantes- suponiendo más de siete mil homicidios anuales. Los jóvenes entre 15 y 44 años, especialmente hombres, son el grupo poblacional que padece con mayor rigor los efectos directos de esta violencia, que suponen el 81,2% de los homicidios. Las tasas de violencia muestran un aumento importante en los últimos años, que pueden responder, entre otras causas, a los elevados niveles de impunidad (98%, según el Comité Defensor de los Derechos Humanos en Honduras), a la fácil disponibilidad de armas y a la creciente presión del narcotráfico, incluso en la esfera institucional y policial.

La desigualdad entre hombres y mujeres se refleja de forma global a través del índice de desigualdad de género, que sitúa a Honduras en el lugar 100 entre 186 países. Brechas relacionadas con el empoderamiento económico, la participación política, el acceso a la justicia o la alta incidencia de la violencia basada en género están en la raíz de esta situación.

El 13,5% de la población nacional se identifica como perteneciente a algún grupo étnico indígena o afrodescendiente. Los principales indicadores socioeconómicos de dichos grupos se encuentran por debajo de la media nacional.

La desnutrición tiene un impacto elevado en los menores de 5 años. El 29% padecen de desnutrición crónica y el 8% moderada o grave. Después de Guatemala, Honduras es el segundo país de la región centroamericana más afectado. Afecta más a la niñez del área rural (32%) que a la del área urbana (14%).

El acceso a fuentes mejoradas de agua indica un aumento progresivo de la cobertura. En lo relativo a servicios de saneamiento, la cobertura alcanzaba el 81%, siendo este déficit mayor en zonas rurales (74%). En acceso al agua, Honduras está cinco puntos por debajo del promedio regional y, en saneamiento, solo un punto.

Honduras ha disfrutado de una estabilidad democrática los últimos 30 años. La alternancia pacífica y estable en el poder ha sido una constante durante esas 3 décadas, caracterizadas también por un marcado bipartidismo. Esta situación se vio truncada por el golpe de Estado de 2009. El mismo año se convocaron elecciones tras un proceso de diálogo nacional con el propósito de salir de la crisis de gobernabilidad y superar la profunda polarización social que se generó. Las recientes elecciones de noviembre de 2013 han logrado normalizar la vida democrática en el país. Actualmente el país ha logrado el restablecimiento pleno de las relaciones diplomáticas con sus principales socios.

Desde los años noventa el país viene apostando por un proceso de descentralización política y de competencias hacia los municipios. Dicho proceso ha generado resultados positivos en muchas partes del país y supone una oportunidad para generar procesos de desarrollo desde lo local. No obstante, presenta debilidades institucionales y a nivel financiero, que limitan su eficacia.

La percepción de corrupción en la esfera pública es elevada. Según el Índice de Percepción de Corrupción 2013 que elabora Transparency International, Honduras se situaba con 26 puntos sobre 100 en el puesto 140 de 175 países,a la cola de la región, solo superada por Venezuela (160) y Haití (163).

La debilidad de los operadores del sistema judicial y policial configura un panorama de inseguridad jurídica y alta impunidad. La baja cobertura geográfica y la debilidad de la Defensa Pública son las principales barreras para el acceso a la justicia por parte de la población.

Se estima que el subempleo (personas que desearían trabajar más o las que, trabajando la jornada completa, reciben un salario inferior al salario mínimo) supera el 50% de la población activa.

El endeudamiento público en diciembre de 2013 se situaba en 8.040,79M$, conformado por 5,012.04 millones de dólares de deuda externa y 2,825.75 millones de deuda interna, reflejando un crecimiento del 22,8% durante el ejercicio. Esta cifra supone en torno al 43% del PIB. La deuda pública interna representa el 35,8% de la deuda pública total.

En cuanto a actividad económica, los sectores con mayor peso en el producto interno bruto son la industria manufacturera – expresada principalmente en las maquilas-, los servicios y en tercer lugar el sector agropecuario. La entrada de remesas y la exportación de café suponen las principales fuentes de entrada de divisas – las remesas familiares el 31,4% y las exportaciones de café el 25% de los ingresos acumulados de divisas en el primer semestre de 2011. Las remesas de emigrantes son la principal fuente de divisas del país y han venido creciendo fuertemente en los últimos años, llegando a representar en años recientes el 20% del PIB. En 2012, representaron el 15,8% del PIB.

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Honduras recibe actualmente la cooperación de 34 socios, quienes operan a través de agencias de cooperación, embajadas y oficinas de país. De estos, 24 son socios de cooperación bilateral y 10 representan instituciones de cooperación multilateral, incluyendo al Sistema de las Naciones Unidas, que aglutina 15 agencias.

Estos cooperantes han apoyado en sectores como ser educación, gobernanza, medio ambiente, gestión de riesgos, seguridad alimentaria y salud.

Honduras, por su situación geográfica y características socioeconómicas, es considerada uno de los países más vulnerables del mundo a los impactos del cambio climático. En 2013 Honduras fue considerada el décimo primer país del mundo en afectación por eventos climáticos, teniendo en cuenta afectaciones sobre las personas y la economía del país . En el periodo 1990 a 2008 fue el tercer país del mundo en afectación según el Índice Global de Riesgo Climático.

Desde el grave impacto del huracán Mitch en 1998, el país ha avanzado en materia de prevención de riesgos y reducción de la vulnerabilidad, aunque todavía presenta importantes desafíos en materia de gestión territorial y de los recursos naturales.